28/12/2020

I wanna be The Guy: Remasterizado

Quienes me conocen de mucho tiempo saben que el sardónico I Wanna Be The Guy tiene un lugar grande en mi corazón. Cuando me contaron que salió una remasterización hace unos días no lo podía creer, fue como si se me detuviera el corazón. 

Desde que este juego salió en el 2007 (cuando los juegos indie estaban comenzando a revolver la olla) ha generado una multitud de fans, seguidores e imitadores: Tantos que se pueden dividir en tipos (Los "bullet hell", los de precisión, los troll y los que son de todo un poco). Nombres hay por montones: I wanna be the Fangame, I wanna be the Tribute, I wanna be the GB, I wanna kill the Kamilia, I wanna Kill the Guy.... Existe de todo un poco, unos mejores que otros. 

Sin embargo, el original es -para mí- el mejor de todos.

BRUH ESTA TRAMPA NO ESTABA EN EL ORIGINAL

Pero dejando atrás la subjetividad. ¿Qué trae el remaster? Bueno, en base a mi experiencia. es muy fiel al original; tiene las físicas mejoradas de los fangames, permite saltarse la introducción de la mayoría de los jefes (No te puedes saltar la intro del dragón), tiene algunas trampas adicionales para contrarrestar que con las nuevas físicas hay lados que ahora se pueden evitar, etc.

También, si presionas R para reiniciar, la música no comenzará de nuevo, lo que te permite escucharla con normalidad... salvo que mueras, donde la ya clásica canción de Guilty Gear Isuka "Might is Right but Tight" reemplazará a lo que fuese que estabas escuchando.

El framerate es hermoso. El juego anda a 40fps estables, y tiene algunas mejoras gráficas a la hora de escalar o rotar sprites (particularmente notorio con la luna en algunos lados y la pared de espinas que te persiguen en la sección de Kirby), sin contar el que redujeron el lag de entrada (input lag), volviendo el juego muchísimo más responsivo. También se han corregido bugs, como aquel que permitía tener más de 4 balines en pantalla, a diferencia del original donde a veces el framerate bajaba en áreas como la torre final de The Guy. 

Si quieres gastar tu tiempo muriendo, aquí está el enlace para bajártelo.

Kayin, el creador del original no sólo le dio su "apruebo" al proyecto, sino que dijo que "este es el mejor paquete para cualquiera que quiera jugar IWBTG". Y terminó con unas palabras que apoyo totalmente: "Esto es por qué liberar tu código fuente es importante. Incluso archivos de MMF2 pueden ser usados por alguien más que quiera intentar mantener vivo tu trabajo". 

¿Qué estás esperando para convertirte en The Guy?



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19/12/2020

Administrador de Archivos clásico bajo Windows 10

Este post es sobre un programa sencillo que, si bien puede no ser muy relevante para la mayoría de la gente, podría ser interesante para alguien. 

En Github y en la Tienda de Windows puedes encontrar el Administrador de Archivos clásico. En la práctica es el mismo administrador de archivos que se usaba en Windows 3 y Windows NT 3, pero con soporte para nombres de archivo largo y algunas correcciones menores (sin contar el hecho que viene listo para compilarse y ejecutarse bajo Windows de 64 bits). 

Este programa es capaz de trabajar con cualquier tipo de unidad que Windows reconozca, aunque a diferencia del explorador normal, no oculta las unidades que están indisponibles. 

Winfile (el nombre de este software) conserva la estética retro al punto que no hay opción para previsualizar imágenes. Sin embargo, el programa es muy rápido. Habiendo sido diseñado en una época en la que las unidades de disco duro te daban velocidades minúsculas, este programa simplemente vuela en un SSD o leyendo discos duros modernos, y el que no tenga que cargar previews ayuda.

Y finalmente, el código fuente del explorador es open source (aunque eso se infiere al ver que tiene página en Github). Eso sí, no utiliza una licencia GNU- en su lugar utiliza la licencia MIT, y está programado en C++.


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08/12/2020

¿Cuál es el motivo por el que no usas Linux? (actualizado)

Alrededor de un año y medio atrás alguien hizo una pregunta en Quora, "¿Cuál es el motivo principal por el que no usas Linux?". Después de haber leído multitudes de respuestas a otras preguntas donde básicamente se demonizaba a Windows, decidí dejar mis dos centavos en ella. 

Rápidamente se convirtió en mi segunda respuesta con más "likes", con comentarios variados tanto en contra como de apoyo. Incluso alguien me dijo una pavada, le pregunté "de cuál te fumaste" y me dijo que mi respuesta fue ofensiva y me la reportó, por lo que fue borrada. 

En todo caso, considerando que en mis viejos tiempos yo puse una multitud de posts sobre Linux en este blog, creo que la respuesta amerita a ser puesta acá, con algunas pequeñas actualizaciones y explicaciones que no di en este momento, sea porque me olvidé o porque la plataforma no se prestaba para ello. 

Partamos por el disclaimer de turno: Esta historia es mi propia historia personal. ¿Podría haber sido diferente? Muy posiblemente, pero ya es muy tarde. 

Escritorio de una distro de Linux mostrando la calculadora, usando un tema azul con verde.
Linux Mint con un tema de escritorio que encontré en DeviantArt en su momento.

Usé Linux como mi sistema operativo primario entre los años 2006 y 2010/2011. Originalmente lo hice porque me metí en toda esa onda de "¡Es software libre! ¡No estás limitado por esas malvadas compañías que sólo quieren abusar de ti!" y otras ideas similares que, cuando eres joven, suenan bastante sexy. Después de todo, cuando uno es joven usualmente quiere rebelarse contra el sistema

Durante ese tiempo aprendí a usar el sistema y a hacer bastantes cosas con el mismo; desde aprender lo esencial/básico de C hasta configurar el escritorio hasta el mínimo detalle. En esos años dibujaba mi primer webcómic, "Annie", que dibujaba tradicionalmente, escaneaba, editaba bien churramente usando Gimp y posteaba online, todo bajo Linux. En ese tiempo tuve la increíble fortuna de recibir una laptop (mucho antes de tener el poder adquisitivo para comprarme una), y con ella aprendí a pelearme con drivers rebeldes (Insisto, nunca, en mi perra vida, había visto un driver para Linux más horrible de trabajar que el de los chips Via S3/Unichrome, donde guías como esta no me sirvieron), y mi tablet en esos tiempos, una Genius MousePen 8x6, no era horrible de instalar pero sí podía descolocar a quien no supiera cómo (De hecho en su momento escribí un post con la información para instalar una), y tuve que aprender a tener un sistema eficiente, dado que la laptop que había recibido era de hacía 4 años atrás (Procesador Sempron 1.8GhZ, 768 MB RAM, disco duro de 40 GB).

Screenshot de Ubuntu Warty Warthog
La primera distro de Linux que usé.

Como mucha gente, mi primera distro fue Ubuntu. En concreto la primera que usé fue Ubuntu 4.10 (que para esos años ya estaba obsoleta) y poco después me moví a Ubuntu 6.04. Después empecé a probar distros, limitado principalmente por lo paupérrima de mi conexión a Internet. Entre otras probé variantes de Ubuntu (Kubuntu, Xubuntu), Arch, Sabayon, Fedora, OpenSUSE y Debian, distro de cuya estabilidad terminé enamorándome.

Y posiblemente la palabra "amor" no sea correcta, pero iba en esa dirección, al punto que en esos años le pedí a Canonical que me mandara la cantidad máxima de CDs de Ubuntu que podía ordenar gratis (10 discos de Ubuntu 32-bit, 10 de Ubuntu 64 bits. 10 de Kubuntu de 32 bits, 10 de Kubuntu de 64 bits) y me dediqué a proselitizar el sistema cada vez que podía, hablándole a la gente de las bondades de Linux (pese a que en mi experiencia muchos dispositivos requerían configuraciones adicionales). Un método de proselitismo que usaba bastante era el de configurar mi escritorio de las formas más interesantes que mi cerebro pudiese idear (y que mi laptop tuviese la capacidad de manejar), así cuando iba a algún lado con ella la gente podría preguntarme qué había instalado que hiciera que mi computadora se viera así. 

Screenshot de Linux Mint con un tema de "crema de helado" y de wallpaper un ratón blanco mordisqueando un pimiento morrón.
Este wallpaper espantaba a mi vieja, que lo único que podía ver era una "rata asquerosa". Buenos tiempos. 

Sin embargo... entre más pasaban los años más me di cuenta que estaba aburrido de marchar contra la corriente. No sólo a nadie que conociera le interesaba el sistema (salvo a algunas personas online); también estaba aburrido de tener que buscar workarounds para poder hacer lo que para todo el mundo era absolutamente normal. Un amigo me pasó un juego del que me enamoré, Fallout 3, que independiente del mal rendimiento (que no era culpa del sistema operativo sino del hardware de mi máquina) no sólo era para Windows; aunque podía jugar bajo Linux con PlayOnLinux o Wine el juego se volvía tan inestable que se colgaba cada diez minutos, además de que el audio no funcionaba.

Bajo Windows ese juego me iba igual de lento y fallaba también, pero no cada diez minutos. 

Paint Tool SAI

Paint Tool SAI, una hermosa herramienta de dibujo para quienes tienen una tablet, sólo funcionaba bien bajo Windows. Bajo Linux (wine) la tablet perdía toda la sensibilidad a la presión y el estabilizador. Peor aún: Al intentar usar SAI bajo Linux la misma sensibilidad a la presión se perdía  para todos los demás programas, forzándome a reiniciar el servicio/daemon. Cuando eventualmente cambié esa tablet por una Wacom Bamboo la única ventaja fue que el sistema la detectó de inmediato; los otros problemas persistieron.

Cada vez que tenía que reinstalar el sistema, sea porque quería probar una distro nueva o porque experimentando con el sistema lo había estropeado, necesitaba sí o sí conectarlo a una red cableada (cosa no siempre posible en mi casa), porque el notebook tenía un dispositivo Broadcom, que en esos años no tenía una alternativa libre. Todas las distros me exigían conectar el PC a internet para poder bajar el driver propietario y poder tener wifi. 

Annie: Cibercafé Ubuntu
Eventualmente hasta el mismo Youtube empezó a colgarme el PC. El sitio se había actualizado y ni mi driver VGA genérico ni el driver del chip Unichrome lo aguantaban: Por el puro hecho de abrir youtube el sistema entero se me colgaba. El cuelgue era tan repentino que no sólo no podía usar la legendaria combinación REISUB para reiniciar el sistema de forma segura: Al reiniciar el PC el cuelgue no había dejado ninguna notificación en los logs del sistema, y al reiniciar sólo estaba el mensaje de "Advertencia: El sistema se reinició incorrectamente". 

Ese fue mi punto de quiebre. 

¿La solución? Instalé Windows XP. Santo remedio. Todo funcionó sin ningún problema. Todo, sin excepción. Quería hacer algo, todo funcionaba rápido y correctamente. Un amigo me sugería un juego, ahí podía jugarlo sin tener que andar haciendo cosas raras para que Wine lo corriera. Si quería dibujar no sólo tenía a mi alcance las mismas herramientas que tenía bajo Linux; también tenía acceso a Paint Tool SAI, Paint.NET, Manga Studio (que después pasaría a llamarse Clip Studio Paint), Photoshop, Illustrator, CorelDRAW! etc.


Durante esos años finalmente tuve el poder adquisitivo y renové mi laptop por una del año. Picado por mi antigua derrota le instalé Ubuntu 10.10; era la versión más reciente a la fecha, y si bien no tuve los dramas que el chip Unichrome me dio (tenía un chip de video ATI Radeon), todos los demás problemas persistieron. Y lamentablemente yo ya había probado Windows, había comprobado que no era lo horrible que yo me había convencido a mí mismo 4 años antes, y como lo mencioné antes, estaba aburrido de nadar contra la corriente. Yo quería disfrutar mi PC; tenía un notebook nuevo y usarlo era una molestia permanente. Finalmente regresé a Windows 7. No sólo se solucionaron los problemas de nuevo; por alguna razón la batería volvió a durar 2-3 horas en vez de 45 minutos. 

Desde ese entonces, Windows es mi sistema operativo principal. No dejé de usar Linux completamente; por un tiempo tuve dual boot y, aparte a probar distros, de vez en cuando reiniciaba bajo Linux para poder navegar por sitios web de forma algo más segura. Sin embargo, reiniciar un notebook sólo para navegar por internet también se volvió una molestia, y de a poco abandoné lo que me quedaba de aprecio por el sistema del pingüino. Y esto sin siquiera contar mi desdén por la dirección de los proyectos que acostumbraba a usar (Nunca fui fan de gnome 3; cuando descubrí que Gnome 2.30 tenía un fork llamado MATE se volvió mi elección de escritorio por defecto).

En algún momento me preguntaron por qué había abandonado Linux; cuando mencioné mis razones me llegaron insultos. Y eso también me recordó cómo para una parte no menor de la comunidad si lo que haces no es gratuito y libre, eres una mala persona. Podría explayarme sobre esto al punto de mencionar que un amigo mío decidió nunca más postear códigos fuente públicamente después que lo insultaron por no hacer las cosas "a la pinta de ellos", pero eso ya es irse por las ramas. Esa toxicidad (que sé que va a salir alguien a comentar que no es tanta) en esos años era mucho más notoria que hoy en día; hoy las comunidades se han suavizado bastante pese a que dicha toxicidad todavía existe en una parte de la misma, algo que incluso el mismísimo Linus Torvalds mencionó en algún momento. Dicho de cierta forma, los fans de Linux no quieren que Linux llegue a todo el mundo

Screenshot desde gitlab sobre gnome-music: Usuario solicitando un control de volumen en la app de música, programador lo niega diciendo "Por qué un programa de música necesitaría un control de volumen".
gnome-music: Desarrollador explicando que un control de volumen es "innecesario" en un programa para reproducir música.

Reconozco que Windows 10 no es el sistema que yo quisiera que fuera, y hasta consideré la idea de volver a Linux con el mismo. Sin embargo, reiniciar con lives de Linux en 2019 me dejaron claro que los programas que uso para ganarme la vida (mi actual fuente laboral) funcionan mal, el problema a la sensibilidad a la presión persiste incluso hasta el día de hoy, mi chip de video Nvidia GTX 1080 Ti requiere un driver propietario que hay que instalar por separado, que la única alternativa medianamente decente a Clip Studio Paint EX es Krita (que probé, y puedo concluir que no es muy estable ni tan potente).

En mi laptop, una Lenovo L340-15IWL es incluso peor: Instalar Debian en el mismo me exige crear un medio de instalación con drivers de la placa madre, porque si no, no sólo no tengo wifi; tampoco tengo red de ningún tipo. El instalador tampoco tiene ninguna opción para bajarse el driver automáticamente tras ofrecerme una advertencia o algo así. Y seguro, pueden decirme que esos problemas no son tan horribles, pero los veo y pienso que si me decido a hacer el cambio mi uso del PC se volverá nuevamente una pelea permanente contra las idiosincracias del sistema... y a decir verdad, ya no tengo la paciencia ni la inclinación para ello. Sí, puede que Windows me exija reiniciarlo el primer martes de cada mes y sí, puede que sea "menos libre", pero la tranquilidad de poder usar mis computadoras para ganarme la vida haciendo lo que me gusta, sin tener que preocuparme por cosas como "¿Podré jugar Cyberpunk 2077 el día que salga a la venta?" o "¿Podré usar mi Oculus Rift?". Además, por el puro hecho de usar Facebook o Google ya hace rato que vendiste esa libertad y las grandes empresas hace rato que lo saben todo acerca tuyo. Es por eso que a día de hoy, aún con sus terereques y que no se puede personalizar tanto como una distro de Linux cualquiera, me siento mucho más cómodo y en paz usando Windows. 

Y como dato final, sí, uso Windows legalmente. Muchos usuarios de Linux dicen que la mayoría de los usuarios de Windows usan alguna versión pirateada del mismo... y si bien eso era cierto en la década del 00 y comienzos de la década del 10, ya no es tan así. No sólo la mayoría de los notebook viene con Windows (una licencia de Windows que hoy en día viene programada en la placa madre misma), sino que muchas universidades también tienen acceso a DreamSpark donde puedes obtener Windows para instalarlo hasta en dos PCs (o al menos así era cuando estuve estudiando). Opciones para tener el sistema legalmente existen, es cosa de mirar un poco. 

Escritorio de Windows 10 con un wallpaper navideño.



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02/12/2020

Review Retro: Terminal Velocity

Por allá a mediados de los 90, con la llegada de las tarjetas de video SVGA y sistemas más potentes, con coprocesador matemático, empezaron a aparecer juegos que aprovecharían estos recursos al máximo. La tridimensionalidad era real, gracias a juegos como Doom o Heretic, y había llegado para quedarse, con gráficas realistas a un nivel nunca antes visto.

Uno de esos juegos fue Terminal Velocity, donde controlabas una nave espacial que debía viajar por planetas totalmente tridimensionales, alcanzar objetivos y destruirlos. Una premisa simple, pero que en ocasiones era brutalmente difícil, sobre todo cuando tenías a un ejército literal de naves enemigas intentando destruirte.

Lo que hacía a Terminal Velocity un juego muy interesante es que sus mundos no estaban limitados a un plano pequeño como Descent; los planetas en Terminal Velocity eran grandes y abiertos. Tú podías decidir si te dirigirías a destruir tu objetivo de inmediato o si te irías a recorrer el planeta asignado hasta encontrar alguna cosa interesante primero. Esto no significa que el combate y movimiento serían siempre en planos abiertos; frecuentemente te encontrarías con túneles que, al atravesarlos, te llevarían a otro punto del planeta que estabas visitando... o te llevarían a una base subterránea... o a una batalla contra un jefe.

Los planetas estaban llenos de detalles.

Visualmente las gráficas eran una delicia. Hoy en día se ven cuadriculadas y añejas, pero en su momento estas imágenes eran el epítome de fidelidad visual. Sin contar los powerups que eran un simple sprite animado, tanto el terreno como los enemigos y los objetivos eran tridimensionales (apoyados, por supuesto, por el uso correcto de texturas en el terreno).

En cuanto al audio éste no era el de mayor fidelidad, y la música a veces distraía más que lo que te acompañaba. Sin embargo, el audio FX era lo suficientemente bueno para meterte en tu misión y sentirte como si de verdad hubieses estado manejando una nave espacial que, si bien partía con una sola arma, terminaría armada hasta los dientes al aproximarse al último mundo.

¿Rejugabilidad? Sí. Si quieres conseguirlo todo, tendrás que conocer los planetas bien, y eso requiere mucha exploración. Si bien la jugabilidad tiende a volverse monótona tras una hora de juego, hay muchos túneles secretos con armas, afterburners y bonificaciones esperando a que alguien los encuentre.

Al poco tiempo después de que este juego saliese a la venta, Microsoft sacó otro juego muy similar que de hecho usaba el mismo motor por lo que ambos se veían casi idénticos: Microsoft Fury3 para Windows 95 compartía casi todo lo que menciono en esta review, excepto por supuesto los requisitos de sistema y que, a diferencia de Terminal Velocity que se puede encontrar en GoG, Fury3 se perdió en el tiempo y no se puede comprar salvo que sea en algún sitio de reventas tipo ebay. Algo muy inusual, porque Microsoft Fury 3 fue un juego importantísimo para Microsoft, que ayudó a esta empresa a vender Windows 95 como un sistema operativo adecuado para jugar, detalle del que hablé en mi ensayo sobre la historia de dicho SO.

Volviendo a Terminal Velocity, el juego es excelente. Sí se vuelve monótono, y en algunos lados es extremadamente difícil, pero es uno de esos juegos a los que sí les recomiendo darles un ojo si tienes la oportunidad.

Requisitos originales de sistema:
  • Procesador 80486DX o superior
  • 4 MB de RAM
  • 40 MB de disco duro
Las especificaciones recomendadas de sistema doblaban la memoria.
  • Procesador 80486DX2/66
  • 8 MB de RAM
  • Video VGA o SVGA de bus local
  • Tarjeta de sonido.
Terminal Velocity tenía soporte para los joysticks Gravis GamePad, y para las tarjetas de sonido Sound Blaster de Creative Labs, Pro Audio Spectrum, Gravis UltraSound y Aria (de Sierra).

Este juego se puede encontrar a $6 en GoG. Vale la pena. 

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El autor


Soy htfcuddles (alguna vez conocido como DragonTrainer), un furry fan de la informática noventera que se gana la vida dibujando personajes peludos haciendo cosas que ustedes muy probablemente no deberían estar mirando.



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El año pasado cuando hice mi post sobre "Una nueva oportunidad" mencioné que tenía un cómic en mente para mediados del 2022.  Si ...

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