Precios tecnológicos, un problema en 2020 y 2021

Algo muy frustrante de la pandemia fue el aumento del costo de la vida en muchos sentidos, aún cuando muchas personas ya no tenían que gastar dinero en locomoción para ir a su lugar de trabajo. Hubo mucha gente que perdió su empleo y no tenía cómo mantenerse. 

Sin embargo, muchos gobiernos pusieron un alto al aumento de precios de los artículos de primera necesidad, algo necesario para evitar que el egoísmo de unos pocos nos dejara en una situación aún peor de la que ya teníamos. Ese alto, por otro lado, no se aplicó al campo que este blog toca con regularidad: La tecnología. 

El aumento de precios ya se veía venir. Acá en Chile la usura con los precios cada vez que los empresarios pueden salirse con la suya llega a niveles de leyenda, algo que ya había ocurrido en el pasado pero no a este nivel. Eso sumado a la escasez de chips (y a que los mineros de criptomonedas y los scalpers se han ido acaparando todo lo que va saliendo) ha significado que los precios de todo lo que tenga que ver con computadoras se fue a las nubes. 

Resulta inadmisible que tiendas establecidas hayan estado vendiendo computadoras con procesador Celeron y 4GB de RAM en casi 450 mil pesos (alrededor de 600 dólares), muchas de ellas sin siquiera un SSD para acelerar la cosa. Ahora, recién ahora los precios están empezando a bajar... y tampoco han disminuido mucho todavía. 

Lo que hace que todo esto sea aún peor son los tiempos de distribución. El año pasado compré un SSD los primeros días de agosto y vine a recibirlo los últimos días de septiembre. Y no estamos hablando de que lo compré afuera; de hecho haberlo comprado por Amazon me hubiese salido más rápido. No, estoy hablando que compré el SSD a una tienda que está a menos de 50 kilómetros de distancia de donde vivo. 

¿Qué nos queda entonces? Cuando a la gente se le permitió retirar dinero de sus ahorros para su jubilación, las empresas llevaron la usura a niveles aún peores. Y de hecho todavía quedan vestigios de ello. 

Costo de un Oculus Quest 2 en una tienda chilena.

Costo de ese mismo Oculus Quest en Amazon. Incluso con los costos de importación la diferencia de precios es notable... y posiblemente hasta llegue antes.

¿Y qué hacer entonces? La verdad, no es mucho. Podríamos decir "No comprarle a estas empresas" pero... es una utopía irrealista. La gente necesita la tecnología hoy en día, no es algo que podamos decir "prescindamos de ella". Lo que en realidad creo que va a pasar es que esta situación se va a seguir dando. Este post fue simplemente una queja al aire. Y a decir verdad, me encantaría volver en 10 años y decir "este post no envejeció bien", pero no creo que sea el caso. 

(Y eso que ni siquiera toqué el caso de las tarjetas de video).

Créditos: Los clipart del comienzo vienen del CD de Microsoft Office 97.

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Mirando hacia atrás

Reconozco que el título es engañoso. Partiendo por el hecho que me encanta postear sobre cosas de MS-DOS o Windows 9x, y que quienes me conocen saben que la nostalgia informática por la década de los 90 guía buena parte de mis intereses, podría decirse que este es un título para hablar de algún sistema operativo viejo. Pero nope.

Cuando me decidí a revivir este blog simplemente oculté casi todos mis artículos antiguos, porque hay muchísimas cosas que no sólo ya no soy, sino que posteé haciendo gala de una inmadurez horrenda que me da bastante vergüenza. Tenía la esperanza de editar los artículos y postearlos de nuevo, pero... no sólo la tarea es titánica (tenía casi 190 posts), sino que muchísimos tienen enlaces rotos, la interfaz antigua de blogger se comió todas las etiquetas <br/> (el pedacito de código para crear un nuevo párrafo en esos años) y... dejémoslo con que no quería volver a ver esos artículos, que aún invisibles afectaban los stats de este blog. 

Al final conservé 14 posts de los antiguos. No diré que me gustan pero son los menos terribles. Sin embargo hay muchas cosas que cambiaron: Ya no me considero cristiano (de hecho en esa época tampoco lo era de corazón. Historia para algún otro momento), aprendí que el software libre no es la panacea y que a decir verdad (para mí) muchos de ellos dan más problemas que soluciones, y en general intento que los posts tengan algún mérito a la hora de publicarlos. 

Mirar hacia atrás también me recordó el tipo de joven que era. Los 20 no fueron exactamente agradables en mi caso, y en general me dio un caso de rebeldía bastante potente. No me arrepiento de ello, pero tampoco me siento orgulloso. Lo bueno, al menos, es que siento que progresé en todo, desde lo económico hasta lo espiritual. En esa época yo vivía enojado y picado porque sólo tenía acceso a una PC antigua con componentes que no funcionaban de lo mejor, y ahora tengo no sólo una, sino tres máquinas de las que estoy súper orgulloso. 

Me conseguí una... ¿Profesión? No la estudié formalmente, pero sí me obliga a estudiar permanentemente para no quedar atrás. Y no, no tiene que ver con informática. De hecho, a principios de la década del 10 intenté estudiar informática... y la carrera me destruyó parte del amor que tenía por la misma. (Eso también contribuyó a que este blog estuviese muerto por tanto tiempo). La mayoría de mis interacciones se dan en inglés, en sitios furros, que es donde construí no sólo mi círculo social, también donde trabajo, habiendo viajado a Europa ya dos veces (algo impensable para la época antigua de este blog, donde viajar dos regiones dentro de mi mismo país ya era difícil), y donde ya he visitado convenciones furry, algo que en esa época era para mí placer sólo para millonarios.

Mucho ha cambiado, y creo que para mejor. Me siento muy feliz de mi progreso, y lo único que sé es que esto no se va a detener.

Y este blog, aunque lento, no se va a morir de nuevo nunca más. Porque siempre hay alguna cosita de la que hablar o comentar de vez en cuando. 

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